Un profesor en la universidad solía decirme, «pregunte, pregunte así ya sepa la respuesta, así no le guste la respuesta, es mejor salir de la duda que morir con la inquietud»
El hombre siempre que terminaba las clases me llamaba y me decía “López usted tiene muchas inquietudes guardadas en la cabeza que la están consumiendo, dejé el miedo y pregunte, no es más inteligente el que se las sabe todas, sino el que más pregunta” y la verdad es que me pasaba en la clase de este señor constantemente, y era porque el man hablaba tan rico y sabia tanto que surgen muchas preguntas que todas luces uno sabía que tenían respuestas obvias pero que el hombre respondía sabiamente y daba gusto entrar a esa clase.
Ahora bien en la vida no es tan sencillo, las respuestas obvias no es las que uno quiere oír, las que uno ya sabe son las más dolorosas y otras simplemente dejan una incógnita más grande. Porque las personas y la vida no pueden ser como ese profesor y esa clase, ¿por qué todo tiene que ser tan complicado?
Hace unos meses le pregunte al papá de mi hijo si había otra (una respuesta obvia), y me respondió que no, que solo necesitaba tiempo y que lo perdonara por el daño que me estaba haciendo y ocho días después las “hermosas” redes sociales me dieron la respuesta, si había otra; la cosa es que nunca lo vi venir y eso duele más, cuando crees que todo es color de rosa y al final la maldita se marchita y se acabó.
Otro día le pregunte a un exnovio porque no me había dicho la verdad desde el principio y el hombre me respondió “parce usted es tan putamente buena vieja que uno no le quiere hacer daño mientras la mira a los ojos, usted es demasiado leal y entregada y yo en ese momento era un hijueputa pendejo que solo tenía ojos para otra que al final me dejó hecho mierda, el karma existe” ¡Jaaa! Esa no era tan obvia, en él esperaba una respuesta diferente, pero ya ven.
Así que siguiendo el consejo de mi profesor y las corazonadas acertadas que la vida me da, le pregunté a este personaje por sus sentimientos hacia su ex y si yo le gustaba (pregunta mal formulada por cierto), a lo que claramente respondió algo que seguiré pensando es obvio porque muchas veces el hombre en el pasado hablaba de ella muy enamorado y ciertamente todavía hay un lazo evidentemente muy fuerte, pero su segunda respuesta me dejó con más preguntas que respuestas, es bien complicado hacerle preguntas a una persona tan hermética, pero como ya creo saber cuáles van a ser las respuestas a las preguntas que me surgieron, esta vez prefiero seguir mi instinto y hacer lo que hacía en las clases de este profe, anotar las preguntas y cuando esté lista para recibir las respuestas que no quiero y ya sé como van a ser respondidas, formularlas o seguir con la inquietud y el corazón apachurradito.
Luz del alma 